La violencia en tiempos de pandemia se ha incrementado igual que la impunidad. La propuesta de la Senadora María Fernanda Cabal de permitir que los colombianos de bien estemos armados para defender nuestra propia vida me parece más que apropiada, claro con armas de ideas no de fuego.

Además, porque en un país donde la justicia es un chiste, tener un arma es lo único que nos dignifica para liberarnos de la dictadura del terror y el miedo que desde hace décadas se impuso por parte de bandidos que instrumentalizaron las instituciones del Estado para perpetuarse en el poder, un arma inminente es la inteligencia colectiva que permite lograr la evolución social en medio de la involución política y jurídica que vive Colombia.

Fiscales nombrados por congresistas de turno, procuradores que obedecen a partidos políticos, Defensores del Pueblo cuyo nombramiento depende de Representantes a la Cámara, todos han contribuido a la impunidad y la violencia.

Hoy algunos se rasgan las vestiduras atribuyéndose la virtud de ser pacifistas después de que fueron guerrilleros del M-19 o se ponían capuchas para golpear a la policía en las universidades públicas y ahora con girasoles quieren llegar al Palacio de Nariño, otros escondidos en la ruana de oro como el ex gobernador de Boyacá Carlos Amaya, que con poesía y romanticismo hacen parte de los nuevos ricos del país. Esa doble moral, el populismo de todos los colores, es lo que nos invita a armarnos por la paz desde la inteligencia colectiva.

Ernest Hemingway tuvo que reescribir 47 veces el final de adiós a las armas, A Farewell to Arms, en Colombia hemos reescrito infinitamente el final de una guerra que cada día pareciera tener un nuevo inicio sin ningún final. Armémonos y amémonos, esta bella frase fue tomada de un verso del poeta del siglo XVI George Peele.

Existen instituciones instrumentalizadas como arma para doblegar y mantener el poder, instrumentalizar la Fiscalía como la guillotina política solamente contribuye al conflicto armado en Colombia, es un arma de terror porque violenta la esperanza de un nuevo inicio, agrede injustificadamente la justicia. Utilizar el CNE Consejo Nacional Electoral como un arma para fortalecer las mafias políticas y acabar con la libertad de las minorías es un arma ideológica que esclaviza la nación, esas son las armas de los mamertos que se oponen a un país armado de ideas e inteligencia colectiva.

Armémonos, sin miedo, libres y en unidad por una Paz, no la de Santos, la paz de la evolución social, del alturismo; construida desde las bases del hogar, con principios reales y no retóricos, coherente con la naturaleza de la vida y la muerte, armémonos de humanismo consciente del poder del ahora, sin pasado ni futuro.

Por: Daniel Fernando Mejía Lozano

Periodista Internacional

@Daniel_MLozano