El cáncer en tiempos de coronavirus. I Parte.
Nunca como hoy, cuando se está viviendo una emergencia sanitaria a nivel mundial a consecuencia del coronavirus (COVID 19), un virus altamente contagioso que ya ha cobrado la vida de más de dos millones y medio de personas, es que cobra relevancia el tema de la salud, una salud que busca preservar a toda costa.
Y es precisamente por un asunto de salud que me ausente de este espacio por unas semanas, pero que retomo con gran entusiasmo vuelvo porque estoy convencida de que al ser el cáncer una enfermedad cuya incidencia seguirá en aumento, se hace necesario seguir despertando el interés sobre el mismo y a la vez creando conciencia de la importancia de la prevención oportuna y el diagnóstico temprano, bajo la premisa de que la mayor de las veces la enfermedad es curable si se detecta a tiempo.
Y es precisamente en estas semanas que me tocó estar del otro lado, es decir, siendo uno más que se informaba del acontecer del mundo, que tuve la oportunidad de escuchar y/o leer respecto a que se le estaba dando mucha importancia a los decesos provocados por el COVID 19 cuando el número de personas que diariamente muere en todo el orbe a consecuencia de cáncer es mucho mayor.
El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo: cada año fallecen 8.2 millones de personas y más de 32 millones de pacientes viven con esta patología. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de nuevos casos de este trastorno seguirá aumentando a pesar de las enormes sumas de dinero que se gastan para combatirlo. Cada año suman más de 14 millones de nuevos casos, cifra que se estima se incrementará en 70 por ciento en los próximos 20 años.
Sin embargo, todavía sigue habiendo muchas creencias equivocadas, mitos y miedos sobre esta enfermedad, por lo que uno de los propósitos de Hablemos de cáncer….sin miedo es precisamente abordar todos los aspectos que tienen que ver con la enfermedad de una manera clara, sencilla, pero sobre todo sin miedo.
El caso es que ya sea por una u otra causa, finalmente se trata de la pérdida de vidas humanas; vida que nadie quiere perder a consecuencia de una enfermedad por un lado, mientras que por otro, no tiene por qué generarse un debate respecto al número de muertos porque se trata de dos patologías completamente diferentes, pero comparten un punto en común: que son padecimientos muy democráticos, porque a cualquiera se nos puede presentar.
Sin embargo los adultos y niños con afecciones de salud crónicas graves, incluso cáncer, corren mayor riesgo de presentar complicaciones más graves por enfermedades infectocontagiosas como el COVID 19.
El nuevo coronavirus chino (2019-nCon) originado en Wuhan pertenece a la familia que virus que pueden causar desde un resfriado común hasta el síndrome respiratorio agudo severo.
Quizá la ventaja que le lleva el cáncer al COVID es que se tiene muy bien identificados los factores de riesgo en la mayoría de los tumores malignos –edad, raza, sexo, estilo de vida, herencia, factores ambientales y laborales- mientras que en el caso del Coronavirus, al ser un virus tan reciente se desconoce a detalle su comportamiento, y en consecuencia, como abordarlo en forma efectiva, a fin de evitar la muerte.
Y es precisamente el que nadie está exento de contraer el virus, que los pacientes con cáncer también son susceptibles de contagiarse; de ahí la importancia de poner en práctica todas las medidas de prevención: evitar saludar de mano, lavado frecuente de manos, estornudo de etiqueta, uso de cubrebocas, sana distancia y aislamiento social.
El sólo hecho de padecer cáncer hace que este tipo de pacientes tengan su sistema inmunodeprimido, aumentando con ello el riesgo de contraer cualquier infección, incluso por el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID 19. Durante la quimioterapia, por ejemplo, hay momentos en el ciclo del tratamiento en los que aumenta el riesgo de infección.
Aunque por ahora no hay una vacuna para prevenir la COVID-19 ni un tratamiento específico, la mejor forma de prevenir la enfermedad es no exponerse al virus, atendiendo las precauciones para evitar la COVID-19 son las mismas que para otras enfermedades respiratorias contagiosas, como la gripe.