La economía mexicana tiene cuatro grandes motores de su desarrollo, significan aquellos sectores de la producción que por su dinamismo generan divisas, empleos y productividad, y a su vez jalan las cadenas productivas del resto de las ramas económicas.

Podemos citar que en orden de importancia los motores económicos, que más divisas generan en México actualmente son:

1. Sector automotriz,
2. Remesas migrantes,
3. Remesas del turismo,
4. Sector petrolero,
5. Industria de la construcción.

AUTOMOTRIZ:

Durante 2015, la industria automotriz representó el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de México y logró una histórica balanza comercial superavitaria de 50 mil millones de dólares, ventas internas por 1 millón 300 mil autos y una producción de 3 millones 400 mil vehículos, en su mayoría para la exportación.

Sin embargo, al cierre del 2019, la industria automotriz registró una caída en las ventas de autos y camiones ligeros, mientras que las exportaciones registraron una contracción de 3.4% en el 2019.

REMESAS:

México recibió 36 mil 48 millones de dólares de sus paisanos residentes en el extranjero en 2019, un aumento del 7.04 % respecto a los 33 mil 677 millones de dólares de 2018, con lo que marca un nuevo máximo histórico, según los datos oficiales de Banco de México.

Representan la segunda fuente de divisas del país, después de las exportaciones automotrices, y constituyen un importante ingreso para millones de personas.

TURISMO:

En 2019 México recibió divisas turísticas por 24 mil 562.6 millones de dólares y la llegada de 45 millones 23 mil 665 turistas internacionales, lo que representó incrementos del 9% y el 8.9%, respecto al 2018, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

PETRÓLEO:

Entre 2018 y 2019, de acuerdo con el Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía (Sener), la plataforma de exportación se redujo de un millón 183.9 mil barriles diarios a un millón 103.3 mil barriles, una caída de 6.8%. En ese lapso, los precios del crudo mexicano disminuyeron de 61.41 a 55.63 dólares por barril, con un impacto de 4 mil 137.8 millones de dólares en ingresos que México dejó de percibir.

Esto significa que entre 2018 y el año pasado, la pérdida de dinamismo del comercio exterior del hidrocarburo nacional le ha significado a la economía mexicana una disminución de 7 mil 70 millones de dólares en ingresos.

SITUACIÓN ANTE LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL Y PANDEMIA CORONAVIRUS:

Al cierre del 2019, la economía mexicana tuvo el peor desempeño de los últimos 20 años, la cual tuvo una disminución por 0.1% del PIB, y la pérdida del dinamismo en generación del empleo formal que solo aportó 300 mil nuevos trabajos.

Peor aún, al arranque del 2020, las principales calificadoras de riesgos y la banca mundial, presentan una estimación a la baja de la economía mexicana, la cual la ubican desde una pérdida del 2%, hasta la tasa negativa por 4.5% del PIB. Todo ello impactado por la crisis de desaceleración mundial, de su principal mercado EUA, y la pandemia del COVID-19.

Este reflejo se notará sobre todo, dentro de los mencionados 4 motores de la economía mexicana:

AUTOMOTRIZ:

La cadena de suministros de la industria automotriz global, fue la primera rama económica afectada por el virus del Covid-19. Dado que el origen de la pandemia empezó en China, en la provincia de Wuhan, esto provocó el cierre paulatino de fabricantes de partes automotrices.

La afectación no tardó en llegar a la industria automotriz mexicana, la cual ha anunciado en corte parcial de algunas marcas fabricantes. De por sí el cierre de 2019 ya venía desacelerándose.

REMESAS:

Cerca de 2 millones de hogares mexicanos, y 12 millones de personas, sobreviven ahora en México debido a las remesas de sus parientes en EUA.

La crisis del Coronavirus ha provocado que EUA en la última semana se posicione como el nuevo epicentro de la enfermedad, al superar los 92 mil 300 afectados y la muerte de más de mil 300 mil ciudadanos.

Este factor provoca el cierre masivo de fuentes de empleos a lo largo y ancho del territorio norteamericano. Uno de los grupos de población que está siendo afectado, es el de los trabajos del sector construcción, servicios, hoteles y restaurantes.

Aquí es donde la población trabajadora de origen mexicano, legal e ilegal, está siendo afectada provocando desempleo y subempleo y por ende, la caída de los envíos de remesas para sus familias en México.

Con ello, se calcula que las divisas al cierre del 2020, sean inferiores a los 25 mil millones de dólares, muy lejano a los 36 mil millones recibidos en 2019.

TURISMO:

El sector turismo empezó el año 2020 flojo, primero se notó la ausencia de las campañas de publicidad debido al cierre del gobierno de la 4T de las oficinas de promoción turística en las embajadas de México en el extranjero. Promexico fue cerrado desde inicios del 2019.

Posteriormente, la crisis del Coronavirus, está paralizando los vuelos aéreos y las reservaciones de los hoteles mexicanos. Además, fueron parados todos los cruceros del mundo, incluyendo los que llegan a los puertos turísticos mexicanos.

Por lo anterior, desde ahora ya se calculan pérdidas por más de 3 mil millones de dólares en el sector turístico del país ocasionado por el Coronavirus.

PETRÓLEO:

La crisis del Coronavirus, sumada a la guerra comercial por la producción y precios del petróleo, provocado entre Rusia, Arabia y la OPEP, motivó la caída estrepitosa del precio mundial de los hidrocarburos.

En el caso de la mezcla mexicana, que estimó en un precio promedio de los 49 dólares por barril, de acuerdo a la estimación del presupuesto de la Federación, hoy registra un precio devaluado menor a 15 dólares por barril, por lo que se estima una gran crisis del sector petrolero de México, y la pérdida de estatus de inversión de la empresa Pemex.

Por todo ello, el futuro para el sector petrolero de México luce incierto y el impacto que la debacle internacional de los precios del crudo tendrá en las finanzas públicas del país latinoamericano es, todavía, incalculable.

COLOFÓN. RECESIÓN MEXICANA:

Este escenario de crisis económica y pandemia, provocó que este viernes, el banco de inversión JP Morgan hundiera su estimado de crecimiento para México.

La nueva revisión prevé una contracción de 7 por ciento en el año, previo consideraba una disminución de 1.8 por ciento.

Además la caída del grado de inversión tanto a Pemex como a las finanzas públicas del país, mantienen postrado a las finanzas de México como una de las más amenazadas.

El mercado reclama una reacción decidida del gobierno de López Obrador en forma de plan de choque. Como el de Italia, España o los 850 mil millones de dólares lanzados por Donald Trump.

De momento, el presidente mexicano se ha limitado a anunciar que “en su momento” se concederán créditos sin intereses o a tasas bajas a pequeños negocios, fondas, taquerías, talleres. Sin embargo hacen falta una política fiscal y monetaria expansivas. Esto todavía no se nota, no se ve.

A medida que avanza la pandemia, se endurecen las restricciones o cierres temporales de fronteras. La última, la mexicana con EUA, que con miles de casos se prepara también para afrontar la recesión. De esa frontera dependen más de tres cuartes partes de las exportaciones mexicanas −que a su vez suponen el 35% del PIB del país− y más de la mitad del turismo, que representa casi el 10%.

Si añadimos otro 3% del sector automotriz −también paralizado por la dependencia de las cadenas manufactureras asiáticas y la demanda EUA− tenemos a casi a la mitad de las palancas y motores de la economía del PIB paralizadas.

El panorama ya era gris antes del estallido. La economía cerró 2019 con un -0,1%, el primer retroceso anual en una década. Tanto la demanda interna -una de las grandes esperanzas de López Obrador- como el sector industrial llegan registrando caídas durante siete cuatrimestres consecutivos.

Esto todavía no termina, apenas está comenzando. Esto es un gran Sumami mexicano.